Cuando te faltes, cuando me faltes

Pasen y lean, que a esta invito yo.

Desde que tenemos uso de razón nos proponemos conseguir esas metas, esos caprichos, esos sueños que hacen que le pongamos sentido a la vida.
Le damos vueltas a todo lo que nos sucede.
¿Por qué?
¿Para qué?
¿Hacia dónde?

Y quizás deberíamos preguntarnos menos y respondernos más. Quizás la vida esté para darle rienda suelta y ponerle pasión a todo lo que nos propongamos.
Porque la pasión es un motor que sin ella, no entenderíamos las grandes obras universales.
No entenderíamos porque a pesar de conocerte en plena batalla, sigo acampando en tu tejado.
Ni porqué a base de enredos nos anudamos y a base de excesos nos complacimos.

A los hechos me remito, que el pronóstico sigue siendo estable a pesar del estallido.
Y sigo siendo culpable aun declarando mi presunción de inocencia, que ella me abordó y yo iba desarmado e hizo conmigo todo lo que quiso, señoría.

Ya no importa lo que pase el resto de mi vida si te tengo aquí ahora.
Que el tiempo nos busque entre líneas, la cordura en tercera persona, y el amor en su doble sentido.
Que yo me sujeto a la norma que dictan tus aristas cuando cae la noche.
Incluso cuando te faltes, cuando me faltes, búscame al otro lado del muro, invirtiendo en nosotros, que sigues siendo mi apuesta ganadora.


Comentarios